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sábado, 5 de abril de 2014

Lejos de sí.


Te presentí en mi vida cuando Susana te mencionó por primera vez. En ese mismo instante sin habernos visto antes, incorporé fragmentos que los otros dibujaban de ti. Y así continúe recogiendo tus piezas hasta que nos «conocimos».
Inconscientemente planeé nuestros encuentros. Inconscientemente porque traté de parecer desinteresada pero siempre visible en cada lugar que frecuentabas. Me transformé en un misterio capaz de seducirte en las dimensiones que más te cautivan del ser humano.
Cuando salíamos y conversábamos, sonreía al verte porque me parecía extraordinaria la forma en que te presentabas ante mí; siendo la copia exacta de la imagen que yo había construido. 
No niego que la sensación de saber más de lo que tú suponías que yo sabía, era halagadora. Me sentía con el control necesario, ocultando todas las inseguridades de mi personalidad. 
No me creas frívola. Yo realmente era muy feliz y te amaba. El hecho de sentirme segura a través de mis acciones, hacía que yo pudiera ser dichosa a tu lado. Sin embargo las cosas cambian. Y así como escarbaba en ti, lo comencé a hacer en mí a través de tus ojos. Veía que amabas a una mujer que no existía, porque era una invención construida para auto protegerme. 
Comencé a acariciar la idea de que todo era una mentira, tan perfecta que incluso yo misma me había engañado. Era falsa cuando te sonreía, cuando te besaba, cuando te hablaba, cuando me enojaba, cuando lloraba. Nada de eso era espontáneo. Yo era una muñeca jugando a sentir, a ser normal, a ser amada, a tantear un mundo que para mi era desconocido. 
Si supieras qué difícil es vivir en esa dualidad. Querer amar y evitarlo. Y para hacer ambas no te queda más que alejarte de ti misma.


lunes, 31 de enero de 2011

Sophie


Sophie no lo amaba, pero le encantaba entregarse a brazos ajenos sin sentimientos tratando de lidiar con los suyos. Tocaba su pierna, su pecho; besaba sus labios, sus brazos, pero lo único que sentía era ver morir cada ves mas la imagen de su amado en sus pensamientos, lo ocultaba en los rincones de su corazón para no amar, para no sentir, para...

Sin duda amaba, pero la idea de dejar escapar todo ese amor le producía miedo por eso prefería ser infeliz por que era mejor lidiar con aquello que conoces que enfrentarte a lo desconocido.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Lucía, la tonta.

- Escóndete acá, en el closet, nadie te encontrará - planeó la malvada Antonia.
- Pero yo quiero que me encuentre - protestó la pequeña Lucía.
- Eres tonta, de eso se trata las escondidas, tu te escondes en un lugar silencioso, solitario, entonces él comienza a buscarte, a pensar en donde podrás estar, te busca por aquí y no te encuentra. Te busca por allá y no hay resultado. Entonces cuando esté despistado, tu sales corriendo a la base y tadá!!... le ganas.
- y... ¿como sé el momento en el que debo salir?
- Lucía, lucía, mi incrédula lucía... yo te avisaré. Tocaré 5 veces la puerta del closet y saldrás... espera hasta entonces.

Antonia partió a buscar también su escondite, mientras lucía apretaba sus ojos y puños. Estaba un poco asustada, le temía a la oscuridad pero como su amiga Antonia le había dicho, ella espero y espero, más ella no venia...
Todo el mundo la buscaba, pero a nadie se le ocurrió que podía estar escondida en un closet, solo se dedicaron a buscar en las calles del vecindario. Cuando lucía salio no había nadie en su hogar, ella lloraba triste y asustada... llegó a pensar en que todos se habían ido... pero por suerte de ella, sus padres llegaron a casa, la abrazaron, la besaron, le lloraron, la retaron y castigaron.

Esa fue la primera vez que Lucía aprendió a no confiar en la gente, los primeros cambios de su transitoria infancia. Y las primeras pérdidas de una inocencia traicionada.

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