Me costo tanto decirle, estuve acompañándola todo el tiempo esperando una oportunidad para hablarle.
Cenamos juntos, hablamos de cosas con poca importancia, me contó de los problemas familiares y de cómo había quedado mi prima después de su operación.
Aún en ese lapso de tiempo en que permanecimos solas, no tuve el valor de hablarle y decirle lo que me preocupaba.
Cuando terminamos, lavamos juntas la loza acompañándonos como dos mujeres solas en un hogar de tres mujeres, olvidándonos de aquel hombre que nos hacía falta.
Las noticias no anunciaban nada bueno, era de esperar, pero había una noticia en particular de un ama de casa que a sus 47 años se presentó a un escenario busca talentos, a ella le llamó la atención y la comenzó a admirar, mientras que yo permanecí en silencio pensando en como hablarle. Fue cuando risas de parte del jurado y el publico se posaban en aquella mujer de 47 años, poco afeminada, bastó un segundo para que esa noticia que a ella le cautivó, llamará mi atención, la voz de aquella mujer es hermosa, maravillosa, las canciones que canta, sacadas de una obra musical, comprendí que los sueños son para hacerse realidad, no importa el lugar, la condición, los problemas o el tiempo que nos lleve llevarlo a cabo, me animó a decirle y hablarle.
Pero… no fue suficiente. Comenzó a tomar algunas prendas y a planchar, mientas yo la miraba y me preguntaba como había acabado en brazos de una mujer tan hermosa y magnifica como ella…
- Mamá… - mi voz era normal.
- Dime…
- Te tengo que contar algo que es grave.
- ¿Qué cosa puede ser tan grave? – me miro un poco asustada, más preocupada. Yo nunca le había dado problemas, prácticamente soy la oveja blanca de la familia.
- Estoy embarazada… - dije esperando ver su reacción, mientras me preguntaba como hablarle y contarle mis problemas sin llegar a las lágrimas… pues no sollocé, no lloré en ese minuto, pero mi vista se nubló.
- Ya.. ¿y? – debí imaginarlo, ella jamás lo creería, creí haber actuado bien, pero quería después de todo darle un poco de humor antes de contarle mi verdadero problema.
- No te rías… yo pienso que de verdad es grave… aunque siempre he sido melodramática… - permanecí en silencio mirándola a los ojos, mientras ella dejaba la plancha a un lado y me miraba penetrantemente a los ojos – Mamá… me equivoqué, elegí mal… me siento terriblemente mal… - puse mis manos sobre mi rostro, tapándolo de las traicioneras lagrimas palmadas en mis mejillas, sus manos se pusieron sobre mi piel, mientras me decía que nada seria tan grave mientras hubieran soluciones.
Después de decirle todo lo que tenía guardado, me sentí aliviada, comprendida y escuchada, no hay nada mas feliz que me haga que me escuche mi madre, más que mis amigas, más que a mis amigos, o mas que mi compañero, ella me hacía inmensamente feliz y una ves mas comprendía y me culpaba por no saberle agradecer de la mejor forma a la mujer que me hace feliz, a la que me ama más que a nadie, más que mis amigos, más que mi amado, más que yo misma… ella es hermosa.